Justicia Poética


Aunque tengo muchas otras cosas que contar, y sé que algun@s estáis esperando algún reportaje en concreto con cierta emoción contenida, me han entrado de pronto muchas ganas de compartir con vosotr@s esta sencilla historieta. Más que nada, porque viene a ilustrar, bastante gráficamente, eso de que nada sucede por puro azar, y que el universo se equilibra constantemente, de manera sutil y hasta bellamente expresiva.

A ver, dejadme recordar… creo que fue por el mes de Enero cuando ocurrió. Son cosas que a nadie le extrañan y que suceden a todas horas, en todas partes del mundo (de lo que llamamos mundo «civilizado», claro, porque en otro sitios ni se plantean semejantes actividades de control de especies). Se poda, se tala, se corta, se siega, se desbroza, se injerta, se desinsecta, se fertiliza… se manipula a diestro y siniestro a unos pobres seres que sólo cometieron el error de echar raíces demasiado cerca de una población humana. Pero, menos mal, siempre hay alguna voz que clama por los derechos de estos pobres inocentes, que no pueden protestar, moverse ni hablar por sí mismos. Yo me considero una de esas voces, en este caso manos que escriben y dejan testimonio de estas historias de seres anónimos que nadie cuenta.

Veréis, resulta que en mi barrio había un árbol muy especial. Creo que ya os hablé de él en alguna ocasión, aunque ahora ya no recuerdo si fue en mi propio blog o en el de algún-a amig@ Se trataba de un ejemplar maravilloso de chopo negro (Populus nigra).

Y era especial por varios motivos. Uno de ellos, por el hecho curioso de que nació de manera espontánea en una maceta de mi patio, al poco tiempo de venirnos a vivir aquí (hace ya casi quince años). Y me resultaba curioso porque, en su momento, investigué los ajardinamientos y zonas verdes de los alrededores en busca de sus posibles «progenitores», pero sólo encontré chopos blancos, de la variedad bolleana (de carácter ornamental), y bastante más lejos, por la zona donde paseo a la perra, cerca del arroyo Camarmilla, encontré una simpática «pandilla» de unos diez Populus alba (álamo blanco), con los que charlo de vez en cuando… pero por ninguna parte vi chopos negros.

Así que, ya veis, la llegada de su semilla hasta mi patio estaba envuelta en un misterio que me encandilaba y me hacía soñar con un viaje muy largo y accidentado que tuvo «final feliz» en mi maceta.

Por otro lado, Don Chopo era especial debido a que, cuando alcanzó como un metro y medio de altura y la maceta se le empezaba a quedar pequeña, decidimos entregárselo al jardinero de la urbanización, con la esperanza de que éste le buscara un buen lugar entre el cielo y el suelo para poder crecer sin trabas. Y así fue… en principio. Lo colocaron muy cerquita de casa, al otro lado del muro del patio, junto al aparcamiento, y durante años le vimos crecer como a las niñas, como a un hijo más, y convertirse en un precioso estandarte verde, de hojas cantarinas y relucientes,  hasta que alcanzó unos diez o doce metros de altura.

Era majestuoso, de tronco recto como el mástil de un navío antiguo, y me encantaba dormirme por las noches escuchando la suave música de sus hojas al rozarse unas contra otras. Le consideraba un amigo, le daba los buenos dias al salir al patio por las mañanas, le mandaba sencillos mensajitos telepáticos, le ponía a cargo de mi coche cuando aparcaba a su sombra, los mirlos que frecuentaban mi patio gustaban de columpiarse en sus ramas, siempre estaba lleno de vida y movimiento, y había algo en él que me decía que era un ser joven, alegre y colaborador.

De hecho, iniciamos algo así como ciertos «trabajos» conjuntos, en especial dirigidos a acumular y canalizar energías curativas, protectoras o creativas. De este modo, Don Chopo se convirtió en una especie de faro, de antena amplificadora-emisora-receptora, que me ayudaba a enviar, por ejemplo, las espirales de luz que solicita de vez en cuando un querido amigo de este blog, y que pronto ampliaron su radio de influencia a otr@s amig@s. También fue un gran aliado a la hora de mantener «a raya» las habituales fumigaciones por chemtrails.

En definitiva, que era para mí mucho más que un simple árbol, referencia estética, productor de oxígeno o agradable sombra… Era mi aliado, mi amigo. Era algo que probablemente ninguno de mis vecinos, ni mucho menos el jardinero, lograrían entender jamás, porque desgraciadamente no todo el mundo tiene acceso a esos niveles de comprensión de la realidad que nos llevan a considerar, entre otras cosas, la importancia de los demás seres vivos con los que compartimos el planeta. Y no hablo de la tan manida y manipulada «conciencia ecológica», sino de otra cosa. Hablo de una conciencia de unión, de ser diferentes piezas del mismo puzzle. De un entendimiento y una comunicación más allá de las fronteras y diferencias entre especies que nos han sido impuestas.

Algun@s pueden llegar a entender e incluso experimentar lo que digo con animales: es relativamente fácil sentir la chispa al mirar los ojos de tu perro, gato, caballo… Pero que sientas esa afinidad con un vegetal resulta bastante poco usual. ¡Pues yo soy de ésas, qué se le va a hacer…!

El día que iban a talarlo, lo supe antes de que ocurriera. Os resultará incomprensible, pero él mismo me lo dijo, estoy convencida. Estaban podando los árboles de la urbanización, una poda bestial y desnaturalizada, un abuso de poder y de control muy metafórico y simbólico de lo que está ocurriendo en el mundo a otros niveles. Al aparcar el coche, tras dejar a las niñas en sus colegios, o al llevarlas, no recuerdo bien, le miré y me llegó su S.O.S., algo así como una onda expansiva de miedo y de despedida. Y supe que a él no lo podarían: ¡¡que iban a por él!!

Mientras hacía las tareas domesticas cotidianas, no podía dejar de pensar en mi chopo. Me asomaba de vez en cuando y parecía que todo iba bien, que no lo habían tocado, y me tranquilizaba a mí misma, continuando con mis quehaceres como si nada fuera a ocurrir. Al mediodía las motosierras dejaron de rugir, y suspiré aliviada al volver a asomarme al patio y ver que seguía ahí, erguido y desafiante, como siempre.

Pero después de comer, al sonido espantoso de esas máquinas se le interpuso otro sonido, probablemente ultrasonido, a una frecuencia celular, interna, indetectable para los demás, pero que a mí me puso los pelos de punta: sé que era una llamada del chopo, un lamento profundo y desgarrador, porque los verdugos ya estaban ante él. Me inundó una oleada de tristeza y rabia a partes iguales, y una gran sensación de cobardía, porque debí salir y encararme con ellos, preguntarles al menos por qué lo hacían, pero sabía que eran unos mandados, unos peones, y que (como suele ocurrir) simplemente obedecían órdenes. Cuando me atreví a mirar por la ventana, vi que lo estaban podando, y me sobrevino una chispa de esperanza: «Tal vez sólo le aligeren un poco las ramas, como a los demás, lo superará», pensé, tratando de suavizar mi sentimiento de culpa.

Pero cuando volví a mirar… Cuando volví a mirar, me sentí, en cierto modo, como debieron de sentirse los conmocionados neoyorkinos al contemplar el «Manhatan Skyline» por primera vez tras la caída de las torres gemelas: desolada, conmocionada, sin referencias… El vacío era tan obvio que dolía. El amigo chopo-faro-antena-guía ya no estaba.

Durante días, semanas, puede que hasta meses, rumié el dolor de una pérdida de la que nadie se percató.  Aparcaba el coche junto a ese vacío, y le recordaba-imaginaba como era, altísimo y lleno de vida, y casi casi me parecía percibir un remanente de energía, una esencia fantasmagórica que, tal vez, pudiera haber sido fotografiada con una cámara Kirlian. De haber podido hacerlo, seguramente hubiera aparecido la imagen del chopo tal cual, como cuando se fotografía a una persona con un miembro amputado y éste aparece visible a nivel energético, como si todavía estuviera allí… De hecho, puede que esté allí, pero no podemos verlo, como tantas otras cosas…

Poco a poco fui asimilando esta idea (la de que él seguía allí, en una versión más ligera e invulnerable, y la tristeza y la rabia (focalizada en el jardinero) se esfumaron por completo.

No hace mucho, algo me hizo sonreir y me llenó el corazón de un calorcillo inefable: junto al tocón talado, había nacido un pequeño brote verde. Al día siguiente eran dos, y poco después había un plantel maravilloso de retoños procedentes de las raíces del chopo talado. Era la confirmación de que seguía vivo, y me encantó saberlo.

Un día, antes de irme de vacaciones, encontré al jardinero trajinando por la zona y no pude evitar dirigirme a él con cierta intencionalidad.

-«Hola, Fulanito… ¿cómo va todo?»

-«Pues ya ves, por aquí, pasando calor…»

-«Estoo, mira, quería comentarte una cosilla… Igual te parece ridículo lo que te voy a decir, pero… ¿te acuerdas del chopo que había aquí?»

-«Eeehh… si, sí, claro…»

-«Pues es que… verás, resulta que tenía cierto valor sentimental para mí, porque no sé si te acuerdas que te lo dimos nosotros hace años, porque había salido en una maceta del patio y ya no tenía casi espacio…»

-«¡Ah, sí, es verdad!»

-«Claro… pues verás, tengo que confesarte que cuando lo podásteis me llevé un gran disgusto, ¿sabes? ¡No te lo perdono, caramba!» (exagerando un poco los gestos, medio en broma, para suavizar la posible tensión generada por el comentario…) «No, ahora en serio… ¿por qué decidísteis quitarlo de en medio?»

-«Mira, Laura, es que soltaba mucha pelusa…»

Me quedé a cuadros. ¿Que soltaba mucha pelusa? ¿Sólo eso? ¿Ese era el terrible crimen que había cometido el pobre vegetalico?  ¡¡Uuuffff!! ¡Así va el mundo! De modo que el motivo que provocó la desaparición de un ejemplar tan increiblemente hermoso y sano era, sencillamente, que molestaba con el natural desparrame de sus semillas en la primavera, de modo que fuera con él y adiós problema. Resoplé para mis adentros, pero a él le sonreí, comiéndome con patatas las ganas de llamarle de todo, y continué como si tal cosa:

-«Bueeeno, no pasa nada, hombre, sólo quería pedirte un favorcillo, si no te importa, y es que soy muy sentimental, y como he visto que ha echado algún brote de raíz por la zona del tronco, me gustaría que intentaras cogerme alguno, tú que tendrás mejor mano que yo, para volver a plantarlo en mi patio. ¿Crees que sería posible?»

-«Uy, no sé…» (hace amago de acercarse a mirarlo y vuelve con una mueca de desagrado en la boca) «Es que están de raíz, son muy difíciles de arrancar…»

-«Bueno, no te preocupes, te lo decía por si tuvieras oportunidad de coger alguno, pero sin prisas, que seguro que tienes cosas mucho más importantes que hacer… Gracias, Fulanito.»

Como os podéis imaginar, «Fulanito» nunca me dio ningún brote, y sin duda acabó de clasificarme en sus archivos mentales como «la chiflada del Bajo D»… Pero bueno, ya contaba con ello…

Con lo que no contaba es con la sorpresa que nos encontramos a la vuelta de las vacaciones, ilustrada maravillosamente en estas fotografías que hice con regocijo y vierto «sabor a dulce venganza» del que sólo me avergüenzo un poquito, je, je:

  

¡¡Estaba por todas partes!! Lo que, antes de irnos, se limitaba a dos o tres brotecillos alrededor del muñón leñoso, se había convertido en dos semanas en una auténtica invasión de hijuelos a lo largo y a lo ancho de las dos zonas ajardinadas, la de tierra (más cercana al aparcamiento) y la de césped (más cercana a las viviendas). Miraras donde mirases, el chopo rebrotaba de manera imparable hasta los rincones más alejados, en plantones llenos de verdor y lozanía. ¡Era él! ¡Salían de sus propias raíces, luego seguía siendo él, en una maravillosa representación de la totalidad y las diferentes unicidades que conforman el universo!

No pude reprimir una carcajada liberadora… «¡Con que soltaba muchas pelusas! ¿Eh? ¿No querías arroz? ¡Pues toma, tres tazas!» (como suele decirse cuando alguien recibe una dosis masiva de algo que detesta) «¡A ver ahora cómo te libras de todos estos chupones, porque si son de raíz, vas listo, majete!», pensaba yo para mis adentros, dirigiéndome al jardinero-verdugo. Lo que le dije a la familia fue que me parecia una auténtica «venganza de Moctezuma» por parte del pobre chopo, aunque, bien mirado, creo que se trata de un caso evidente de lo que se viene llamando «Justicia Poética». ¡Y me encanta, lo reconozco!

Entonces ocurrió de nuevo: el viejo amigo verde volvió a comunicarse conmigo, porque detecté muy clara su señal de ayuda. Algo me dijo que tenia que poner a salvo a la mayor cantidad de chopitos posible, porque no los dejarían ahí demasiado tiempo.

Inmediatamente, con la ayuda de las niñas, arranqué (no sin cierta dificultad) unos cuantos brotes, que, efectivamente, salían de las mismas raíces del original como perfectas copias de aquél. Decidí llevarlos a casa y ver qué podía hacer por ellos. En buena hora porque, esa misma tarde, el jardinero se llevó por delante todos los de la zona verde con el cortacésped. Esto ocurrió hace dos días. No creo que tarde mucho en arrasar la zona de tierra con una desbrozadora… Pero tampoco me extrañaría que, en breve, los brotecillos vuelvan a salir a la luz. Y ahí me tendrán, con los oídos bien afinados, pendiente de su voz de alarma…

La manita de la última fotografía es la de mi hija pequeña, Elena, sosteniendo los primeros plantones que arranqué para tratar de garantizarles un futuro como árboles, como el árbol maravilloso que fueran antaño. Es un símbolo de la pureza, de la vida que crece y se abre camino, de los flujos vitales que nos mueven, de la compasión y de la esperanza, que es contraria al exterminio de cualquier ser dotado de vida. Ahora esos brotes aguardan una nueva oportunidad en una maceta de mi patio, en esa pequeña Reserva Natural donde, una vez, cierta semilla viajera decidió aposentarse y alegrarnos con su presencia. Y seguro que volverá a hacerlo 🙂

Acerca de rivendelian

Estudié Filología Hispánica, he sido recepcionista, administrativo, jardinera, educadora ambiental, ilustradora, pintora, escritora, auxiliar veterinaria, madre, maestra, psicóloga, enfermera, limpiadora, cocinera, panchadora, taxista, experta en autismo y mil cosas más... Pero nada de esto me define. Soy poco sociable, pero comunicativa; pachona, pero curiosa; rebelde, pero cariñosa. Mis raíces están en Gredos, pero me siento asturiana de adopción. Adoro a los animales, me encanta la astronomía y mi lugar favorito es un bosque viejo (preferiblemente de hayas o robles). Sonrío cuando camino entre guijarros, cuando escucho cantar a mis hijas, cuando meto los pies en una corriente fresca, cuando pinto, cuando me reencuentro con amigos lejanos, cuando sueño... Prefiero el té al café, no como carne, me encantan el piano y el arpa, pasear bajo la lluvia, el olor de las mandarinas y la hierbabuena, y meterme castañas asadas en los bolsillos en invierno. Me siento observadora del mundo, y en él busco cosas que los demás ni saben que existen. Soy una que anhela SER, más allá de todas las características que me "adornen" en esta experiencia de vida.
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23 respuestas a Justicia Poética

  1. yotuel dijo:

    Solo una representación del SER se pierde, y no el propio ser. La esencia permanece y la apariencia puede cambiar. Esa pérdida es la pérdida de la naturaleza humana, destructiva y diezmadora. Justicia. La esencia permanece, atemporal, ajena a realidades aparentes. El chopo fue, es y será. Ahora son muchos chopos todos conectados en el UNO, amplificando tu señal. La oigo clara y me llega en espectro visible. El ha creado. Otros quisieran. En su nombre yo te doy las gracias por recibir y enviar su señal. Eso es un haarp digno de todo elogio. Que suerte tener esa señal cerca, que lejos también me llega. Siempre.

  2. rivendelian dijo:

    Querido Yotuel… me has dejado,sencillamente, sin palabras. Pero la emoción te llega, seguro… 🙂 Gracias a ti y a l@s que, como tú, son capaces de recibir la señal, de esos seres magníficos, o de l@s human@s loc@s que sintonizan esas frecuencias con cierta facilidad. Pero no hay nada que pueda compararse a la felicidad de compartirlo con los que más quieres.

    Abrazos espiralados y llenos de alegría. ¡No puedo dejar de sonreir… 🙂 🙂 🙂 ! ¡Me parece mentira leerte por aquí!

  3. El vampirísmo es de lo más interesante. Si lo contemplamos en plan mosquita que va a picar, ésta elige no a cualquiera. Busca una mezcla específica. Normalmente sangre algo menos espesa, pero hasta arriba de todo tipo de plaquetas, nutrientes y también desechos. Eso último es lo que la atrajo especialmente. Dos días sin ir al baño, y el aután resulta en inútil. Una buena digestión, y la sangre repele a la mosquita, aunque mejor sería decir que la mosquita no tiene el más mínimo interés en acercarse a algo tan limpio y sano.

    Si nos dejamos de mosquitos y mosquitas, quizá pueda verse enseguida que el vampirismo psíquico es idéntico al vampirísmo de nuestra pequeña mosquita. El vampiro psíquico no busca a alguien fuerte y sano, con campos extendidos y balanceados. Se siente irremediablemente atraído por campos desfallecidos, sorteando escudos polvorientos y en desuso, para llegar lo más cerca posible de la esencia de la víctima. Ah… el dulce néctar de la inocencia, la esencia del alma… y presto ha extendido sus tentáculos hacía la víctima, presentando angelical sonrisa.

    Si no fuese por su sonido molesto. Ese zumbar repentino que no suele estar en el entorno. Ese molesto batir de alas que dan al traste con cualquier explicación de la ronda casual por la zona.

    Los tigres sable siempre rugen cuando huelen a los vampiros. Una sola vez, para que la luna maldita muestre el reflejo de esos colmillos plateados al huidizo vampiro. Colmillos como estacas, y experimentadas en su mutación específica.

    ¿Para qué iba a tener un tigre sable unos colmillos así, si no? ¿Para cazar? Risotadas felinas coseche quien así lo crea.

    Van Helsings… ya los hubo cuando vestíamos pieles sobre cuerpos sin mácula.

    Abrazos, espirales, un rugir, uno sólo

    Miguel

  4. rivendelian dijo:

    No hay mosquitas ni almas cándidas por aquí. Sólo esperanzas que tienen derecho a manifestarse, a decantarse, a rebrotar como el chopo y buscarse otros caminos. No hay zumbidos, sino melodías que habían estado apagadas demasiado tiempo y vuelven a sonar a dos voces a capella.

    Van Helsing tiene, sin duda, trabajo más que suficiente a lo largo y ancho del mundo como para venir a perder el tiempo por estos andurriales.

    Agradezco ese rugido, precavido y estimado Furly, pero no es preciso que enseñemos los colmillos … 🙂

    Abrazos, espirales… PAZ

  5. yotuel dijo:

    Existe la simbiosis, el comensalismo, el parasitismo, y todo tipo de relaciones entre seres. Luego existe el insecticida, creado por la propia destrucción enmascarada en la salvaguardia de la integridad. Las piretrinas, inicialmente sustancias extraidas de plantas, se perfeccionan por la maldad del hombretibredientes de sable y se proponen como la solución contra las mosquitas. Solo un chuf y todo arreglado. Y la realidad realmente envenenada. Asi se salva al mundo entero. Envenenándolo. La maldad se vuelve mas maldad. Solo el que gobierna el insecticida y lo crea lo vende y promociona como la solución a sus propios males. No soporta que haya moscas hematófagas. No tienen solo la propia mosca sabe lo malo que es para ella. Pobrecita, no tiene derecho a la vida. El creador del insecticida, Pzifer o Monsanto lo han arreglado todo para que se muera. Porque es una plaga molesta. Alguien que CREE estar POR ENCIMA de los insectos molestos decide.. Ellos son la maldad y el insecticida, reparador e higienizante su mejor invento. Que mediocridad creerse depredadores saneadores y pretender hacérselo creer a los demas. Menos mal que algunos producen miel, aunque luego tambien se la roben y la vendan envenenada con antibióticos. Hasta las propias abejas tienen parásitos, pero seguiran endulzando a quien pruebe su miel. Gracias por tus espirales. No se puede esperar menos. Voy a abrir la ventana, que el insecticida me esta obnubilando la conciencia. Ahora mejor y mis espirales salen por la ventana para permitir que la esperanza se tiña de arcoiris. Esto si es aire y no lo que respiraba. Aunque siempre una corriente intente cerrar la ventana. Solo una vez, el tigre extinguió a si mismo por su desmedida defensa dental, tantos dientes tuvo para comer que le agarrotaron la boca. Ansioso como solo él pudo crearse. Su «adaptación» acabó consigo mismo. Sus fósiles sorprenden al ignorante. Fue un arrasador hasta de si mismo. El lo quiso. El vampiro es una transmutación de la imaginación enferma del que no sabe crear otra cosa. Triste y oscuro y así la mente de quien lo imagina. Me quedo con la mosca aunque no haya encontrado un nectar como la miel porque la enterraron en la mierda cuando se creó. Seguro que prefieren saltar en la miel o mermelada. Si es que algun dientes de sable no le echa milagroso insecticida o le da con un matamoscas. Otro pérfido invento de la inteligencia humana…dueña de sus miserias y creedora de su metamorfosis. Nunca mariposa.
    Un aleteo y zas muerta. Especie superior domina a especie inferior. El tigre se hibridó con su maldad y se extinguió. Un alivio para el resto de la fauna. La agresividad autoestigue. Es pura maldad. No crea ni purifica. Gracias por tu propia necedad tigre. El pájaro libador de nectar y vuela felíz por encima de las nubes de maldad. Vuela hacia delante y hacia atras. Brilla y pierde plumas pero las muda. Es una flor metamorfoseada de un cardo talado. Como el chopo. Aunque triste vuela alto. Apunta mas y jamas chupa sangre ni zumba molesto. Solo para quien cree que es una mosca. A ese le zumbará el oido hasta que se le caigan los dientes. Solo una vez ha sido suficiente. Se me ha doblado una espiral de arcoiris. Ha chocado contra un entidad eléctrica. Que calambre. El pajaro vuela y sus plumas generan el viento que lo mece. El pajaro es el viento que le hace volar. La mosca murió por meterse en el oido del depredador. No soporta a nada que no sea su carne muerta.

  6. Ya, pero cuando se toca la superficie del agua, enseguida se distorsiona el picnic idílico. A un árbol sano y fuerte no se lo cargan los vampiros. Se lo cargan los enviados del vampiro, súbditos sin colmillos para picar, esclavos sin colmillos para acabar con quien les chupa de modos igual de infecciosas.

    Los vampiros no pueden acercarse al árbol majestuoso. Les recuerda que no forman parte. Les deja exhaustos con tan solo enviar un poquito de su savia por las frecuencias del oler. No es de extrañar que los vampiros precisaron ciudades gigantescas, y que incluso en estas no paraban de deforestar los parques y avenidas, hasta dejarlo todo en bonsais. Todo lo que recuerde a la vida libre del parásito.

    Cuando veo un árbol cortado, lo que veo es al árbol. El vampiro lo que ve, es lógicamente el muñón. Durante unas semanas de lejos, luego ya se vuelve más atrevido.

    Los tigres sable aprendieron y reconocieron en aquella de los perros de Marte. En la naturaleza, la dominación no existe. Esa sólo existe en la simulación, y son precisamente los vampiros, lejanos primos de los infectados de Marte, que se empeñan en ponerse de un lado u otro, ya sea dominador o dominado.

    Fortuitos fueron los intentos de los vampiros a la hora de encararse con sus «verdugos». En vano todos. Ya lo dirá la inolvidable Leila Burat dentro de casi 200 años, con la voz tan fresca como hoy:

    «Tú no me condenas a mi condición por verte reflejado brevemente en mi existencia.»

    Aunque yo prefiero la escena en la que los primos de los perros de Marte vuelven a la Tierra para abrir un nuevo negocio. Me encanta, porque no saben que les estamos esperando como Amrs, y no como víctimas.

    Y los descendientes de los perros de Marte no llegarán a esas fechas para contarlo.

    Bonita luna en agosto. Histéricamente cambiada de órbita. Histérico aullar de licántropos al borde de un ataque de nervios. ¿O eran mosquitos?

    Jijijiji….

  7. rivendelian dijo:

    Primero hemos de dejar de juzgarnos a nosotr@s mism@s, y después dejaremos de juzgar a los demás. El mayor catalizador del cambio en las relaciones interpersonales es la aceptación de tu pareja, amig@s, familiares, etc, tal como son, dejando completamente de juzgarles o de intentar cambiarles.

    Eso te conduce directamente a otro nivel más allá del ego, y a partir de ese instante todos los juegos mentales, los retorcimientos intelectuales y los apegos adictivos se terminan: ya no hay vampiros ni almas cándidas, verdugos ni víctimas, acusadores ni acusad@s.

    La aceptación total del otro significa también el final de la co-dependencia: ya no te dejas arrastrar por los patrones inconscientes de las otras personas ni propicias su desarrollo y continuidad. Lo que haces es decidir entre el alejamiento amoroso y bien avenido, o la continuación de la aventura en conjunto, adentrándonos más profundamente en el Presente Contínuo, en la realidad compartida del Ahora, en el verdadero SER.

    Las relaciones son una práctica espiritual, querido Yotuel, querido Miguel… y a tod@s nos queda , sin duda, mucho por trabajar… :

    Besabrazos espiralados, que no se estrellen ni os den calambre, sino que aterricen suavemente y os arranquen una sonrisa 🙂

  8. MBERTHA dijo:

    Asi es, cada uno por su cuenta y a su bola. Jajaja. Ahora que estaba en la gloria ¿ porqué me llegan los ecos de un cruce de sables??????? Dejarme seguir soñando, lejos del mundanal ruido, ni tan siquiera un mosquito se atreve a molestar a un angel. O ¿soy bruja? O….. no he ido al baño aún????
    Me crucificaron en Sanlucar los muy vampiros, ergo no había ido al baño en los días de mi escapada sureña. Ahora lo entiendo. Gracias Furly.
    Ah ¡¡¡ se me olvidaba. Preciosa tu prosa Yotuel. Si quieres y te avienes a un trato yo ejerzo de celestina literaria. Te hace una cosita a medias con mi amiguita Rivenlaura????????
    Anda que no se lo voy proponiendo a la gente……….. Es pé ver si pica alguien (que no el mosquito, ni el moscardón)
    Besabrazos abarcantes de a cinco. Meteros bien que no saleis en la foto.

  9. rivendelian dijo:

    ¡¡¡Ja, ja, ja!! 🙂 ¡¡Si salimos, sí, que aquí cabe hasta un chopo de doce metros!! ¡¡Berthita, arrejúntate, Miguelillo, guarda los colmillos, y tú Yotuel, no piques, que parecemos críos, leñe!!

    Por cierto, pedazo de lianta, la «cosita a medias» ya hace años que se escribe, aunque no hagamos mucha literatura que digamos… Pero me agrada tu celestinaje, y más en estas circunstancias, je, je…

    Anda que… comparar mi «Sangri-lá» rivendeleño con el «caralibro»… ¡Ya te vale, Valeriano! Ni chateos, ni choteos, ni duelos a la luz de la luna… Los elfos siempre están prestos a tensar el arco… pero casi nunca disparan.

    Pax boviscum 🙂

  10. yotuel dijo:

    El encuadre fotográfico es la limitación física del que quiere adentrarse en un motivo que no encuentra. La foto esta fuera del marco, siempre. La verdad es inmutable pero no se enmarca. Yo no he estado en jupiter ni marte. Soy jupiter marte y el universo. Puro fractal. Nada tiene cajas que lo contengan salvo con las que algun arconte pretende encuadrar su impotencia de trascender a si mismo. No buscar pues. Todo está encontrado dentro y fuera del ser. Si a alguien la química le retuerce es que ya no es lo que creía. Con nuestros pensamientos hacemos la realidad y la distorsionamos con la intención de perpetuar la inexistencia. . Cuántica barata pero cierta.
    Si hay verdugos es porque creen en su asesina mano y lo peor de ellos es que siempre creen que cumplen con su cometido. No mas abogados, si mas conciencia, mas paz, mas amor y aquellos que creen con sus pensamientos las realidades que por favor creen verdades, sus verdades pero que no enmarquen sus impecables mentiras como sueños que quieren atrapar cuando jamas cerraron los ojos para soñar. Un arbol cortado no es un arbol, es un monton de arboles. Eso es soñar. El muñon es lo que el mal llamado jardinero pretende dejar a la vista. Sesgo un sueño pero no sabe que no es el arbol lo que ha cortado. Se ha cortado a si mismo y se ha echo pupita. Quien lo necesite que use hemostáticos. Yo proporciono vendas y masaje, hasta a aquellos que me muerden…seamos buenos por favor. No se escribir pero siento que un perro me ha querido morder solo por acariciarlo. A ver si entiende que su maldad jamas me contagiará. En el fondo todo perro es noble. Aunque algunos no tanto como uno quisiera.
    Y recogo el testigo de la propuesta. Me llega tu luz blanca y sana, sin recortes. Se expande por donde estoy, puedo abrir la ventana y sale y entra con libertad y cariño. Sin embargo el brillo del diente agresivo ciega a quien con hambre de tragedia abre la boca esperando dar el mordisco. No sabe lo que se perdió por morder sin causa. Parasitó a si mismo y se mordió el labio. Sangró y le duele. Le envío un consuelo. Búscate fuera de tí. Estás pero no encuadres. Que la fuerza os acompañe a todos los que quereis lo mejor para Quien como ella lo merece. Desde siempre, como el SER.

  11. lalunagatuna dijo:

    Una historia entrañable hermamiga, demasiado frecuente para mi gusto…Este mes de junio ocurrió en Azaila (Teruel) un auténtico atentado desnaturalizado contra los dos árboles de la piscina: los talaron «porque ensuciaban el agua…» Creo que sobran los comentarios.
    Desde que vivo en el campo he visto muchas talas por cualquier pretexto y siento un dolor casi físico, un árbol es transmisión de energía positiva entre otas muchas cosas y si no los respetamos atentaremos una vez más contra la integridad de Gaia.
    Abrazos.

  12. Miguel dijo:

    Buen final, y mejor expresado. Como es tu sana costumbre.
    Esta amputación es un atropello más generado por el «acostumbramiento» como forma de agresión.
    Debemos considerarnos actor participante y en mutua interacción, dar y recibir en la circularidad de todo lo qué nos rodea, inclusive las relaciones – humanas -. Así sólo puedo decirme a mí mismo cómo pensar y actuar. «Yo debo». «Yo no debo». Este es el origen de la ética
    En un círculo no hay comienzo ni fin.
    En el mundo no es posible encontrar el claro y lineal ordenamiento de causa y efecto, a menos que se lo imponga artificialmente.

    Abrazo
    M.

  13. wolfman dijo:

    Hola princesa elfa.
    ¿sabes?, Los chopos son de Lavapies… todos, como los tigres sable, aunque algunos se empeñan en hacerse pasar por andaluces de pura cepa.

    Cuando tu chopo te mandaba su voz no la entendiste bien, cariño. ¿Tu pensaste que te pedia auxilio?… jajajajajaja. ¿Ves como lo de las naranjas de sanlucar no fue casualidad?, tira ese libro de botanica que te hace tanto mal, jajajajaja.

    Tu chopo te estaba diciendo: Tu tranqui colega, estoy un poco arto de esta caspa que me sale cuando llego a determinado tamaño y esta poda-tala me va a venir de puta madre. ¡Veras que majete renazco!. ¡Tengo unos brotes monisimos de la muerte!.

    El problema de tu jardinero es que tiene el mismo libro botanico de cabecera que tu y claro, asi le va, que se piensa que a un chopo te lo cargas con cortarlo… ¡Y aun se atreve a ponerte de excusa su ignorancia!. “Es que están de raíz, son muy difíciles de arrancar…”. ¡Pues claro, pedazo de melon, por eso mismo deberias saber que el chopo te esta sacando la lengua con cada hoja nueva que estrena, jajajajajaja.

    Si es que me meo por las patas abajo.

    Mira, tu vete tirando el tratadus vampiricus botanicus que yo me voy a dar un garbeo nocturno con el tigre sable, que hace mucho que no salimos juntos a cazar vapirillos y licantropos. A el le da lo mismo unos que otros, pero yo te confieso que, aunque me cae muy mal el intrusismo de los licantropos en el mundo de los hombres lobo, prefiero cazar vampiros.

    Un besote de cuerpo entero

    Wolfman

  14. yotuel dijo:

    En las tierras inundadas por avenidas de aguas se cree la tierra seca que el río de la vida ha cambiado su curso. Germina efímero y oportunista lo que luego se secará cuando el agua vuelve al curso que siempre regó. Se equivocó la semilla que pretendía crecer donde nunca estuvo.. Tendrá en el nuevo aluvión que intentarlo. La naturaleza cicla sus errores y las especies invasoras son eso mismo. ¡Ay cazadores, perdidos entre su plomo tóxico, que equivocados estan al pisar su propio desierto engendrado desde su creencia de que protegen la naturaleza, sembrando de plomo y veneno en su vano intento de no dejar ni un solo animal allá por donde ponen sus botas. Porque no aprenden a pisar sin ensuciar el paisaje. Posiblemente porque así les enseñaron desde pequeñitos y porque intentando cazar crecen en su vanagloria. Que cambien la escopeta por un bastón, para no caerse de su púlpito montonera de cartuchos, único lugar donde creen que se sujetan. Que tiren sus caducadas licencias de caza, su escopeta de culata raida y pringosa y se dejen comer por sus presas. Justicia PROética.

  15. yotuel dijo:

    M-M-M-M. Cuanto me gustó regarlo desde que estaba en la maceta frente a ya sabes. Nació allí porque lo quiso y le pareció bien. Al lado de tantos. Y regarlo y podarlo y verlo crecer. Y también cuando la ilusión nos hizo prometerle un lugar mejor aunque ya sabes que luego hay quien lo riega automáticamente hasta que un día le pega el hachazo con argumentos «profesionales» claro. O le hace graffitis a navaja porque es lo que sabe hacer. Que sorpresa mas preciosa verlo extenderse como no podíamos imaginar, y que invada y alegre ahora con sus siempre renovadas y enceradas hojillas verdes, tiernas como fueron todas desde que germinó su semilla. No se equivocó de lugar. Imposible. Sin ninguna plaga, resistente, poderoso, limpio y encumbrado al cielo. Mejor que el bambú..Sigue meciéndose al viento y sonando como sonajero su copa recordando y perpetuandose en el lugar que siempre ocupa. Siempre será lo que es. Creo que debajo está aquella piedra de hace tantos años que una tarde se colocó casi sola . ¿Recuerdas?. Ahora en el hoy no dejan el cielo en paz. Pero él ocupa su sitio como siempre. Y mas aún. Llovió 10 segundos y sigue creciendo. Y deja crecer a su alrededor, como todo árbol, lo que quiera crecer allí, como todo árbol. Down to the Earth

  16. wolfman dijo:

    ¡Jo!, que de cosas…

    Estaba contestando esta replica tan replicante con palabras de silencio y el teclado se ha evaporado entre mis dedos.

    Control llamando a base, mensaje recibido. Dejemos que hable el chopo y callemos los demas para siempre jamas (si es que eso existe, porque si no es asin hablemos, hablemos, pero de fluir sin encasquillarnos en un estanque de aguas quietas, que eso ya lo conocemos y machacar siempre sobre el mismo clavo acaba por aburrir hasta al martillo)

  17. rivendelian dijo:

    Creo que va siendo hora de publicar una entrada nueva y dejar al chopo que campe a sus anchas. Que cada un@ campe a sus anchas en este precioso mundo, enraizando a placer en un sitio fijo o desparramándose por aquí y por allá. Libre. Esperanzado. Sí, Yotuel: down to the earth… 🙂

    Abrabesos per tutti.

  18. MBERTHA dijo:

    Y tambien para la Bertuti. (Estaba dejando crecer al chopo) Amén.

  19. lirongris dijo:

    Hola, hermana-xana.
    A la vuelta a mi conexión he podido leer tu relato-real y me ha encantado, maravillado y hecho sonreir.
    Abrazos y besos para todos, especialmente para los que no habeis podido estar «in person» en nuestras recientes jornadas janda-caravanserai.

  20. rivendelian dijo:

    ¡Gracias, Primi! 🙂 Me he acordado mucho de vosotr@s, espero que hayáis disfrutado del encuentro tanto como lo hubiera hecho yo de hacer podido estar. La salud no me acompañaba para la aventura (una tendinitis en el hombro, sumada a una contractura en el cuello, me han tenido medio inmóvil durante dos días… ¡¡¡si es que una no se puede hacer mayor, ja, ja!!!) Menos mal que, a pesar de los inconvenientes físicos, los días en casa han sido maravillosos y me he sentido querida, mimada y arropada como hacía mucho que no me sentía…

    Yo también os mando un montón de besos y abrazos a tod@s l@s band´haker germinales que acudieron a la reunión… extensivo a l@s que, como yo, no pudieron.

    Mañana me marcho con el personal menudo al pueblo, a pasar una o dos semanas con la familia serrana, así que probablemente no dé señales de vida hasta que regrese, porque allí no dispondré de ordenador… Pero estaréis tod@s en mi pensamiento… Es una buena oportunidad para empezar a practicar métodos alternativos de comunicación como la telepatía… 🙂 Quizá deberíamos empezar a planteárnoslo seriamente…

    Espirales de armonía, entendimiento y hermanamiento.

  21. Julia dijo:

    jajaja, querida Riven, está bien lo de la telepatía. Me ha gustado lo de «planteárnoslo seriamente»
    ¿Cuándo empezamos? : ))

    Abrazos y gracias por esas espirales; sigamos con ellas.

    Julia

  22. jnquer dijo:

    Ya hemos empezado,Julia.
    Acabo de entrar en la janda, y casualmente, Riven, acababas de publicar un texto precioso, poesía pura, y he vuelto aquí, porque leí la entrada, pero no los comentarios. ¡Ay, la de cosas que uno se pierde sin saber!
    espirales de aguaalama

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